Semblanza de Rosa

ROSA, UNA SIRENITA EN SILLA DE RUEDAS

A Rosa le gustaba el mar, las caracolas, los delfines  (muchos delfines adornaban su habitación).

Siendo niña, Rosa, quería ser una sirenita.

Rosa siempre fue “una persona especial”. Nació en una familia especial. Su infancia estuvo marcada por las limitaciones y el sufrimiento de la enfermedad También su forma de vivirla fue especial, sus circunstancias personales, sus relaciones con amigos y compañeros también fueron especiales, y murió de forma especial en días especiales.

Llegó a nuestra casa siendo una niña de 9 años. Y como cualquier otra niña de su edad (eso si, con sus muletas y silla de ruedas) fue primero al Colegio S. José, de los Sagrados Corazones, y posteriormente al C.P. Aben Basso (hoy Directora Mercedes Sanroma). En ambos centros siempre se sintió a gusto; hacía amistades con facilidad, dada su simpatía y desparpajo para hablar. También hizo sus pinitos en el mundo laboral. Y comenzó a integrarse en ambientes juveniles; le gustaba la aventura, ser sirenita en aguas desconocidas y saltar libre como los delfines.

Han pasado 32 años desde su acogida en Regina. Son muchas las personas que han pasado por su vida brindándole amistad y cariño; y a las que ella también les ha correspondido. El jueves, día 23 de abril, desde el hospital, acompañada de “miembros especiales” de la familia de Regina, los voluntarios: Paloma, Nacho, Ignacio y Mª. José, que la acompañaron y asistieron física y espiritualmente hasta el final, Rosa se transformó en la sirenita que siempre quiso ser, lanzándose al mar de la eternidad.

Posiblemente su encuentro con Jesús habrá sido con el Señor andando sobre las aguas, y al igual  que a los discípulos, le habrá dicho: ”Soy yo, no tengas miedo”.

A partir de ahora, en esta nueva vida, la sirenita Rosa, buceará en las profundidades de las aguas cálidas y misericordiosas de los mares del Padre, Dios Providente hasta los mínimos detalles. Y desde allí, con la luz de la Pascua del Resucitado verá nítidamente cómo y cuánto, en su familia de Regina Mundi, siempre la hemos querido de manera especial.

Rosa, descansa, disfruta y goza ya de la mano de María Madre, Reina del Mar y de la Paz.

Hna. Mª Ángeles Cejudo Glez.