Iñaki, novicio claretiano, comparte su testimonio de la Casa de Granada

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Iñaki San Nicolás, es novicio claretiano. Estas Navidades, junto con sus connovicios, ha vivido en la Casa del Sagrado Corazón de Jesús, compartiendo el día a día de las hermanas y acogidos. Iñaki, Adrián, Martín, Alejandro, Constancio y Ken, seis jóvenes alegres y dispuestos a consagrarse a Dios al servicio del Reino. Han animado la casa con sus charlas, cantos…y ayuda en lo que haciera falta. Presentamos, hoy, el testimonio y las reflexiones de Iñaki.

«¿Cómo puede/podría ser mi vida si me dejo tocar por lo más cotidiano, cada día, en cada «salida» de mí mismo, desde mi yo más superficial? Un gesto sentido o indiferente, un saludo cariñoso o frío o un «yo paso olímpicamente que tengo prisa», un apretón de manos o un beso, un «¿cómo estás?» con o sin interés verdadero por la otra persona, o responder un «bien» que abra o cierre la puerta de la verdad de nuestra vida a hombre o mujer que se interesa por mí…p1030723

La realidad, queramos o no, nos cuestiona, nos hace optar, por una u otra cosa, constantemente. Y el conjunto de estas decisiones habla de lo que es mi vida, teje nuestra vida; la pregunta entonces es clara: ¿qué dicen mis opciones de mi vida? ¿Qué dice mi día a día de mi vida?, ¿qué es realmente lo que decido yo y lo que realmente «dejo pasar¿Vivo o me viven? Por lo menos lo más importante es notar que, en cada decisión de estas, una de las opciones hace bien, siempre hace bien, y hace que nuestra vida diga bien, siempre diga bien. Es lo que significa bendecir.

p1030863Estas Navidades tuve la suerte de pasar unos días compartiendo auténtica vida en la Institución Benéfica del Sagrado Corazón. Es un Hogar que nació de este mismo sentimiento, de estos mismo ideales que trato de compartir, que propone no pasar de largo ante la incómoda mayoría social sufriente de nuestro planeta y dar una respuesta afirmativa a su paso, en nuestro día a día, desde que se levantan hasta que se acuestan… «caminar haciendo el bien», como Jesús de Nazaret: ellas recogen a la gente enferma, anciana, inmigrante, abandonada o sin esperanza y les ofrecen la mejor medicación, la mejor comida, el mejor techo, la mejor cama… lo mejor de sí mismas; y es que, un buen día, decidieron que así querían vivir el resto de sus días: que cada día dijera bien (bendijera), a un mundo un poco sordo que dice otras cosas: «mi dinero», «mi finde», «mi fiesta», «mi yo», «mi bienestar»… Nos invitan a todos y a todas a acercarnos y a ofrecer, como ellas, lo mejor de nosotros mismos con total libertad. Nos invitan, así, a responder al mundo: ¡esto es lo que tenemos que decir! ¡Decir con la vida, y decir bien! ¡Bend ecir!p1030524

p1030799Yo agarraba la guitarra y trataba de arrancar alguna sonrisa a esos rostros, tantas miradas algunas tan maltratadas por este mundo. Otros charlaban con los enfermos, algunos les daban un paseo a los inválidos y unos pocos ayudaban en la cocina, mientras el resto daba de cenar a los abuelitos. Y en un clima de fiesta, porque allí eso de «bendecir con la vida» se vive como auténtica fiesta y alegría. Sólo el que ha estado por allí conoce de lo que hablo: de Sarita que siempre está dispuesta a jugar contigo al parchís, o de Ramón que se anima a cantar y a bailar a la mínima ocasión.

En la Institución responden a todo esto dando un yogur a Carmencita, síndrome de Down profunda, o cambiando el alimento vía sonda a Trini que a su vez regala a todo el que pasa una sonrisa y a todo el que se acerca, un beso. Acercaos a la Institución, respirad el ambiente, comenzad a sonreír con la vida… y a lo mejor intuimos que para vibrar con la vida hay que ir por otro camino. Por este otro camino.

p1030761Vivir es ir poniendo el corazón,p1030598
vivir es ir poniendo el corazón
y un pie detrás del otro
sobre el camino que se vaya abriendo.
Vivir es ir poniendo el corazón.
Y al final del camino me dirán:
¿has vivido? ¿has amado?
Y yo, sin decir nada, abriré,
abriré el corazón lleno de nombres.
[Pedro Casaldáliga]

Y tú, ¿te atreves a vivir?»